El nuevo Kursaal se revela como una auténtica joya, con detalles como el revestimiento de madera en todas las paredes y suelo de su patio de butacas y escenario para asegurar su perfecta sonorización. Dotado también de una cámara de conciertos que permite adaptar especialmente su escenario para conciertos.

La cámara de conciertos se compone de 6 torres y 4 techos (3 cubriendo la cámara y 1 el proscenio) con los que se cierra la caja escénica estética y acústicamente. La cara noble de la cámara está acabada con madera de roble barnizada en mate ignífugo. La cara trasera está acabada en negro mate ignífugo. Así mismo, se pueden diseñar multitud de variantes a petición del cliente como realizarla en cualquier acabado que se encuentre en el mercado.

Gracias a la concepción modular de la cámara, con pocos elementos de gran superficie proyectante, se consigue que el montaje y desmontaje de la misma se pueda realizar con poco personal y de forma muy rápida.

Las torres tienen una altura de 8 metros y una envergadura de entre 3,2 y 4 metros con las alas desplegadas. Estando plegadas la envergadura se reduce a tan sólo 1,2 metros. Las torres están contrapesadas y disponen de sistemas de nivelación que permiten aplomarlas y alinearlas con las torres contiguas durante el montaje de la cámara.

Estas torres destacan por su reducido espacio de almacenamiento gracias a su diseño. Al retirar el faldón inferior de madera, se permite el machihembrado de las torres, de esta manera se ocupa un espacio mínimo para no comprometer la caja escénica para otras representaciones o actividades.

Cada techo está suspendido de una líneas de cuelgue, lo que reduce al mínimo el número de barras ocupadas por la cámara de conciertos. El punto de cuelgue es ajustable, por lo que permite, mediante su modificación, ajustar el ángulo del techo para así optimizar la acústica y visual. Los techos se pueden descolgar sobre el suelo para desplazarlos mediante un sistema de rodadura desmontable y almacenarlos en posición vertical en la chácena o sobre el proscenio según se requiera. De esta manera se consigue liberar gran parte de la caja escénica para permitir el uso de las barras y motores puntuales que en cada momento sean necesarios.

Para minimizar los motores y espacio ocupado por los techos, estos se almacenan por parejas ya que están diseñados de manera que un techo se puede colgar de su pareja.

 

 

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